Filosofía Institucional

La pedagogía franciscana propone algunos elementos que articulan su incidencia formativa a saber: La persona, lo cotidiano, la relación dialógica fraterna, lo creativo, la escucha, la acogida, el entusiasmo, el dialogo, el encuentro, la libertad, el estudio, los valores, el medio ambiente, la presencia, el estudio, la relación, el comportamiento fraternal, la mirada, en efecto: “La pedagogía es un proceso formativo que se centra en la persona y se fundamenta en lo cotidiano, en las relaciones dialógicas fraternas y en la creatividad e imaginación”

  • La presencia: entendida a partir de la vinculación al otro y a los otros, reconociendo su singularidad, su dignidad, su trayectoria vital, en la cual se establecen conexiones de hermandad.
  • La relación: en la misma medida que se entiende la presencia en vinculación con la alteridad, en esa misma medida se puede entender la relación en conexión permanente con Dios, con los otros, con las circunstancias.
  • El encuentro: no se reduce a un lugar o espacio físico, el encuentro se comprende más allá́ de esa definición, es decir, la capacidad de ir en la permanente búsqueda del otro y de la realidad. De ahí́ que el ser humano necesitado de educación asuma una actitud básica, vigilante y constante.
  • La Acogida: es el proceso por el cual el sujeto es acogido por las visiones humanas, culturales y sociales. Sin embargo, la actitud de la acogida tiene que realizarse de manera fraterna y hospitalaria, sensibilizarse ante la realidad de los otros.
  • Se da la máxima importancia al conocimiento del hombre. De tal modo que es además interés conocerse a sí mismo que cualquier conocimiento astrológico, botánico, biológico y sociológico. Se define al hombre como un animal racional y mortal; y en otro lugar añade: la persona es un individuo de naturaleza intelectual” (Merino J. , 1982, p 89).
  • Ahora bien, aunque el ser humano está en la constante búsqueda de la verdad, precisamente porque tiene la capacidad intelectual de llegar a ella, no niega la necesidad de hacer un proceso introspectivo de sus dimensiones vitales, entre ellas su dimensión biológica (humana), psicológica (conducta) social (comunitaria).
  • Los únicos seres racionales que habitan el planeta son los seres humanos capaces de transformar su entorno de acuerdo a sus necesidades. No obstante, ninguna relación puede ser sostenible si no es reciproca, dado que si se analiza la relación ser humano y sociedad se perciben valores agregados e intereses en conjunto. La relación con los otros se construye en la familia y en las sociedades civiles en diversos niveles: local, regional y mundial. Ahora bien, en todos estos ámbitos se demanda el respeto y la aceptación de la persona, su inviolabilidad y derecho, en efecto: “En la espiritualidad franciscana, los conceptos de fraternidad y minoridad constituyen el centro o el núcleo fundamental de las relaciones interpersonales” (O.F.M 2009, p 24).